>Y se me saltan los puntos del alma
cada vez que rezo en vano
a tu silencio frió,
a tu mirada ya desviada
a esa lágrima de alegría
convertida ahora solo en lágrima.
Como un pecho que se desgarra
para mostrar el vacío debajo
la indiferencia a los lados
y el amargo dolor,
por encima espolvoreado.
Como polvo de estrellas
de esas ya muertas
de las cuales solo vemos añejos retratos
tiritando en un cielo
cada vez mas resquebrajado,
colgadas cual títere,
de una mano sorda
y ciega a nuestras suplicas vacilantes.
No hay orden ahí fuera,
ni conciencia suprema,
que nos guíe en la negrura.
No hay bondad ni amor
en una despedida camuflada
de calor y recuerdo.
No quedan mas que espinas
que exhalo cada mañana,
al abrir los ojos y ver manchada,
mi cama de tu ausencia,
mi alma de tu aliento
con sabor a viaje remoto
y mi vida enredada en la nada.
Cuan fácil fue engañarme,
creer que habría mas besos,
mas mañanas de té y menta,
otras noches en el valle
que separaba mi tierra,
de tu preciosa tierra.
Casi prepare tu maleta,
cargada de todo menos de mi,
nuevo continente viejo,
nueva experiencia ajena,
nueva vida en la que no entraba la mía…
Si hubiese sabido que seria el ultimo,
aún te estaría besando,
te atraparía en mi rocoso abrazo,
te amaría como los demás aman al mañana,
como los otros aman la vida,
como yo ansió la nada…
John 4-1-10.