Sin sueños…

Publicado: 21 diciembre, 2014 en Amigos, Animales, Filosofía, Hurones, Poesía, Reflexiones
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Decía Charles Bukoski en su poema sin sueños:

«…Las camareras de pelo gris
en los cafés por la noche
se rindieron,
y mientras camino por las veredas de la luz
y miro las ventanas
de las casas de las enfermeras
puedo ver que ya no es
con ellas.
veo gente sentada en los bancos de la plaza
y puedo ver por la manera
en que se sientan y miran
que se acabó.

veo gente manejando autos
y veo por la manera en que manejan sus autos
que ni aman ni son
amados
ni consideran el sexo
está todo olvidado
como una vieja película.

veo gente en las tiendas y supermercados
caminando por los pasillos
comprando cosas
y puedo ver por la manera en que
les queda la ropa y por la manera en que
caminan y por sus caras y sus ojos
que no les importa nada
y nada se preocupa
por ellos
puedo ver cien personas por día
que se rindieron
del todo

si voy al hipódromo
o a algún espectáculo deportivo
puedo ver miles
que no sienten nada por nada o
por nadie
y no reciben
ningún sentimiento.

por todas partes veo a aquellos que
no mendigan nada sino
comida, refugio y
ropa, ellos se concentran
en eso,
sin sueños.

no entiendo por qué esa gente no
desaparece
no entiendo por qué esa gente no
expira
por qué las nubes
no los asesinan
o por qué los perros
no los asesinan
o por qué las flores y los niños
no los asesinan,
no entiendo
supongo que ya están asesinados
sin embargo, no puedo acomodarme al
hecho de que existan
porque son
demasiados

cada día
cada noche
hay más de ellos
en los subterráneos
en los edificios
en los parques

no sienten terror
por no amar
o por no
ser amados.

tantas tantas tantas
de mis criaturas
compañeras…»

Y en días como el de hoy, o más bien temporadas o periodos como el de hoy, suscribo cada palabra, desde luego sin el peculiar y toscamente bello estilo del poeta norteamericano.
Estas putas fechas que no deberían afectarme, me deprimen sin embargo. A pesar de tener trabajo nuevo -que no está mal por cierto, aunque mi quejumbrosa espalda no opine lo mismo, este 2014 ha sido otro año clon a los últimos, otro año sin terreno fértil para tener sueños ni ilusiones, más allá de que estas sean fácilmente alcanzables, o al menos así me parecen a mí. Cuando uno sólo desea ya tener un traguíto dulce entre tanta y tanta hiel.
Ahora tras descansar el fin de semana, y a horas de irme a la cama para emprender de nuevo una semana de trabajo, algo más corta eso sí, descargo mis frustraciones en estas páginas anónimas y virtuales.He estado toda la tarde leyendo en la terraza, y el hecho de la ausencia de la jaula de Logan y V, donde tenía por costumbre reposar los pies cuando leo en la terraza, me ha traído otra ves esa pesada sensación de vacío, como un jersey demasiado grueso cuando aun no ha empezado el frio. Esa sensación incomoda aúna en una sola, todas esas pérdidas que más o menos importantes han ido sucediendo a lo largo de este – otro – annus horribilis.
A veces no somos conscientes del todo de esos pequeños cambios, que se dan tan paulatinamente que casi dudamos de que estén ocurriendo, como los sutiles aunque constantes avances en las tecnologías, o las asfixiantes leyes con las que este gobierno agonizante quiere poner el nefasto colofón a su criminal gestión, bajando y bajando cada día un poco más el volumen de nuestra voz, hasta que al final sólo podremos hablar en susurros. Como esos actores que has visto durante toda tu vida en la pantalla, y un día descubres en las noticias casi de pasada que han muerto. Quizás morir es eso, que hablen de uno en pasado y casi de soslayo.

Acompañándome mientras escribo en esta habitación/cubil/refugio mío, Marea desde el pc me dice -bajito para no interferir en la escritura- que:

«…voy a desligar las tibias de este diábolo sombrío
que hay veces que no se acuerda
de que sigo siendo un niño,
y sé que no habrá sedales cuando te hiera mi ausencia,
ojalá me quieras libre, ojalá me quieras,
yo te querré deshecho, te querré en la roca viva,
te querré en todos los versos
que no quieran tus pupilas,
yo te querré en la acequia, te querré en la cumbre fría,
te querré cuando el fantasma de tu voz venga a por mí…»

Hay determinadas canciones, al igual que pasa con ciertos poemas, que a pesar de su tristeza -o precisamente por esta…- que me sirven de pararrayos contra las penas de estas putas y manidas fechas, como el aceite que te impermeabiliza del agua…
Volviendo a lo de las ilusiones fácilmente alcanzables y la ausencia de sueños del principio, no niego que me dejo llevar por la corriente de la reciente pérdida del último eslabón que quedaba de una larga etapa de mi vida. Mientras Logan vivía seguía teniendo en cierto modo a V con él, pero ahora me doy cuenta de que ya no existen ninguno de los dos. Tan «sólo» en fotos y vídeos de móvil en momentos congelados en el tiempo que me parecen ahora sumamente remotos. Como me parece remota cualquier cosa que no sea conducir como un maniquí de casa al trabajo, o mucho más incluso, estar aquí, «básicamente» dejando pasar el tiempo. Cuando uno se da cuenta de que por mucho que le joda, esas horas de radio del sábado por la noche han perdido su sabor añejo, y el opio del fútbol ha roto su hipnosis, cuando uno como decía, recuerda que nunca recuerda ( valga la redundancia ) sus sueños, quizás se deba, a que ya no los tiene.
Decía Paulo Coelho que «…si deseas mucho algo, el universo entero conspira para que se cumpla…» , esta gilipollez new age que viene a significar que si quieres algo, trabaja para conseguirlo, o » hazlo o no lo hagas pero no lo intentes…» que dijo aquel. Me río de esta tontería new age como decía, hay muchas pequeñas cosas que he deseado y deseo, cosas a mi modo de ver muy asequibles, se antojan quimeras justo cuando creo rozarlas con las yemas de los dedos. A veces la simple ventanilla de un coche que se apresura a marcharse es como un muro con alambre de espinos, y unos pocos kilómetros se tornan un océano. A veces cuando deseas mucho algo, el universo te mea en la cara, pero eso sí, se toma una cervecita a tu salud para volver a tener munición pronto.Sin embargo al mismo tiempo me pregunto, qué sería de una persona como yo sin sueños. Nos legó Neruda que «sólo el gato nació completo y sabe lo que quiere…» todas las demás criaturas del universo sueñan ser algo, tener algo, simplemente soñar algo…
No creo en absoluto ser la excepción, pero no tener siquiera esos pequeños sueños, que son para otros como las hojas que no te molestas en limpiar porque quedan debajo del seto y no se ven, como esa moneda que tiene menos valor que el hecho de agacharse a recogerla. Por muy cínico que me estén volviendo los años y la vida, no puedo renunciar a soñar. Eso sería renunciar a mi nombre o a mi cara.
Lo bueno de soñar es que cada noche tenemos una nueva oportunidad. También la tendremos al comienzo de el nuevo año, como si el hecho de ponerle un numero a cada día lo distinguiese de su predecesor o del que le seguirá, de ese único día primigenio que se repite una y otra vez at nauseam. Sobre el 2015 tengo pocas certezas, seré más viejo, tendré menos pelo y más canoso, seré más cínico y amargado. A las noches de Milenio 3 y a los partidos les faltará algo, algo pequeño como esos sueños que la gente descarta cuando sacude el mantel. Sé también que el nuevo año me encontrará mucho más solo que el anterior pero con esos sueños pequeñitos guardados con celo aún en mis bolsillos.

«…Te vas y no te vas
y cuando vienes
rezo para que los trenes
se equivoquen de estación…»

J. Sabina

 

 

comentarios
  1. Silvia dice:

    Muy bonito pequeño…a la par que triste…pero esa es parte de su esencia

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